La misión personal

La misión personal. Se atribuye a Miguel Ángel el siguiente pensamiento: “El peligro más grande no radica en que sus expectativas sean demasiado altas y no logre alcanzarlas, sino en que sean demasiado bajas y las alcance.”

Jalil Gibran dice: “Cuando nacemos, se nos asigna una tarea en el corazón.” Determinar nuestra misión en la vida se trata simplemente de escuchar ese mensaje que hemos traído grabado en el corazón.

La sociedad nos ha condicionado para que nos concentremos en aquello que “nos dará ‘clase’ y dinero”. “No importa si no te gusta, tendrás prestigio, ganarás mucho dinero y finalmente le encontrarás el gusto a lo que haces.” Con el tiempo, terminamos atrapados en lo que Robert Kiyosaki llama “la carrera de las ratas”, un círculo vicioso en el que se buscan constantemente trabajos bien pagados para ganar más dinero, tener más comodidades y mantenerse endeudado para pagarlas. Un insaciable e insatisfactorio modo de vida que se va heredando de padres a hijos.

Buscando la misión personal

Desde la más tierna edad, los hijos de “la carrera de las ratas” sacrifican la magia de su infancia asistiendo a escuelas caras donde pasan largas jornadas de estudio preparándose para “ganar mucho dinero” cuando sean adultos.

Abraham Maslow declaró: “Un músico debe componer, un artista debe pintar y un poeta debe escribir con tal de estar en paz consigo. Lo que un hombre puede ser, debe serlo.”

El mejor regalo que podemos darle a nuestros hijos es enseñarles a escuchar su corazón. Cuando todavía no han sido totalmente condicionados a actuar en determinada forma, pueden descubrir más fácilmente el propósito de su vida.

Con los adultos es un poco más complicado. Ya nos hemos habituado a lo que consideramos “la realidad de la vida”. Se nos ha enseñado que “la vida es dura” y que “lo bueno cuesta”. “Si no duele no sirve”. Tenemos miedo de ver más allá de la prisión personal que nos hemos creado. Nos da pavor descubrir que podemos ser felices sin dejar de ser productivos.

Cuando descubrimos nuestra misión y nos dedicamos a cumplirla, se despierta en nosotros un fuego interior, una pasión y una felicidad por hacer lo que hacemos. Esa es la magia de la misión personal.

Es aconsejable esforzarse y sacrificarse si lo hacemos siguiendo el fuego del corazón. Cuando trabajamos en la misión de nuestra vida, todo lo que hacemos nos hace felices. Aportamos valor a la sociedad y podemos hacer de ello nuestro modo de vida.

¿Cómo puedes descubrir la misión de tu vida?

Necesitas dedicar un tiempo todos los días, por lo menos 15 minutos, para sentarte en silencio, desintoxicar tu mente concentrándola en escuchar una melodía relajante o simplemente vaciarla de pensamientos. Ayudará mucho si aprendes algunas técnicas de meditación que te permitan relajar la mente. Cuando tu mente esté en paz y esta paz invada todo tu ser, pregúntale a tu corazón “¿Cuál es mi misión en la vida?” y presta atención a los sentimientos que te invadan. En esos sentimientos vendrá la respuesta. Puede venir pronto o puede requerir semanas dedicadas a este ejercicio.

Algunas personas están tan inmersas en el estrés de cada día que les resulta imposible relajarse 15 minutos. Algunas incluso sienten miedo de hacerlo. Les ayudará mucho unirse a un grupo de meditación o recibir terapia orientada a superar esa dificultad.

Cuando encuentres la respuesta en tu corazón, te invadirá un sentimiento de profunda felicidad y sabrás que tu búsqueda ha terminado. Necesitarás organizar un plan para lograr la transición de tu vida actual a la nueva vida dedicada a cumplir tu misión. Cuando alguien está trabajando con sinceridad y dedicación para cumplir la misión de su vida, los obstáculos tienden a desaparecer. Para cumplir la misión personal, probablemente necesites hacer cambios radicales y querrás planear los pasos para no causar un desastre. Para leer algunos consejos que tu ayudarán a organizar tu plan, haz clic aquí.