Esopo fue un célebre fabulista griego que vivió entre los siglos VII y VI antes de la era actual. Sus fábulas son ampliamente conocidas y muy apreciadas como fuente de inspiración y sentido común. Sus moralejas se aplican a muchos aspectos de la vida diaria.
El águila, el cuervo y el pastor, una de las obras de Esopo, es muestra de su ingenio creador que trasciende los siglos y expone una moraleja que sigue siendo de actualidad.
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Lanzándose desde las alturas, un águila capturó a un corderito.
La vio un cuervo y trató de imitarla; se lanzó sobre un carnero, pero con tan poca habilidad que sus garras se enredaron en la lana, y no logró soltarse por más que sacudió las alas.
Viendo el pastor lo que pasaba, tomó al cuervo, le cortó las puntas de las alas y se lo llevó a sus hijos.
Los niños le preguntaron qué clase de ave era aquella, y les respondió:
-Es solo un cuervo; pero él se cree águila.
Moraleja del águila, el cuervo y el pastor:
Dedícate a lo que realmente sabes hacer.
En lugar de pretender ser experto en un tema del cual no se tiene suficiente conocimiento, es mejor dedicar primero un tiempo para aprender y desarrollarse en dicho tema. El conocimiento a medias puede convertirse en una receta para el desastre.
La historia registra muchos casos en los cuales una investigación a medias llevó a implementar medidas económicas que se convirtieron en grandes fracasos. Situaciones similares se han dado en otros campos de la ciencia, como la sociología, medicina, etc.
Así que el dicho «zapatero a tus zapatos» es el mejor consejo para no convertirnos en cuervos con pretensiones de águila.
Los cuentos y fabulas contienen valiosas lecciones para los ninos. La fabula de Esopo ‘El aguila, el cuervo y el pastor’ contiene una moraleja para educar en valores a los ninos a traves de una original historia.